23.11.06

El fascismo es también una propuesta cultural

La historia enseña que la injusticia social tiene larga data. Desde hace tiempo y ahora mismo hay ricos-poderosos-privilegiados que atropellan a pobres-débiles-indefensos. A partir de diversos mecanismos han surgido grupos particulares que se han encaramado en la trama social estructurando sistemas de privilegios, que usufructúan y explotan al conjunto social. Para que esos sistemas puedan sostenerse deben ser creíbles y lucir justos y lícitos. Sólo así el conjunto social los aceptará como algo natural.

Esos sistemas “premian” a quienes se subordinan y castigan a los díscolos.

Dependiendo del grado de rebeldía actúan con mayor o menor firmeza.

Los inconformes de cualquier naturaleza son elementos que generan sobresaltos, cuestionamientos y posibles rebeldías, y si el sistema ve peligrar su misma subsistencia, apelará – apela – a todo el rigor de su fuerza disponible.

A mayor riesgo de derrumbe de su sistema de privilegio, apelará no sólo a la represión física sino también a la descalificación filosófica y moral y a la satanización.

Para eso les sirve la cultura a los explotadores. Para endulzar los corazones, para sostener el orden imperante y para descalificar todo aquello que represente transformación.

Los sistemas basados en la explotación de los hombres por parte de minorías privilegiadas no requieren de violencia en sus momentos estelares. El “american way of life” (el paradisíaco modelo americano de vida) mostrado como el satisfactorio orden social que beneficia a todos no ha sido muy compatible con la violencia represiva, con la limitación de las libertades individuales y los derechos humanos de la población. Pero cuando el confort colectivo deja de ser convincente y la rebeldía se multiplica, aparece la “razonable” política del garrote y de la represión.

Desde Espartaco y muchos otros rebeldes anteriores que la historia no recuerda, la humanidad ha dado muestras de resistencia al orden injusto que en su momento fueron reprimidas.

En los tiempos modernos ha aparecido un nuevo fantasma para los poderosos del mundo: el cuestionamiento de su sistema: el capitalismo. Y las respuestas de este sistema han sido de todo tipo, básicamente, la de la zanahoria y el garrote.

La respuesta del garrote consiste en su uso masivo o en su uso puntual para “extirpar tumores” o en la generación del terror mediante la nada sutil exhibición del garrote mismo.

Y cuando el peligro de la subversión del orden tiene escala mundial, reaparece también la represión mundial. Física y filosófica. La imposición de la muerte sobre la vida. El escarmiento es también una de sus formas.

La humanidad está advertida: “ojo pelao”, que tengemos la fuerza y el poder para aniquilarlos a todos.

Eso es el fascismo.

No sólo es fascismo el hecho violento en sí, como el genocidio o asesinato de luchadores sociales en cualquier parte del mundo. También es fascismo, la apología de la muerte, la instigación a matar a los que resisten o a quienes se enfrentan al gran poder.

Abordaremos el tema, porque, como se expresa en el título, el fascismo es también una propuesta cultural.

Por: ENcontrARTE

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