19.10.10

A 45 años de su secuestro y vil asesinato: Camarada Alberto Lovera ¡Presente!

Caracas, 18 oct. 2010, Tribuna Popular.- El Buró Político del Partido Comunista de Venezuela recordó hoy el 45 aniversario del secuestro, y posterior asesinato, del camarada Alberto Lovera en la Plaza Las Tres Gracias, en la ciudad Capital, producto de la política criminal de los gobiernos de la burguesía puntofijista.

Carlos Aquino, miembro del Buró Político, comenzó la rueda de prensa mencionando la fecha del 18 de octubre de 1965, cuando el camarada Alberto Lovera, miembro del Buró Político para la época, fue secuestrado, torturado salvajemente hasta provocarle la muerte y, finalmente, intentaron desaparecerlo.

“Es para nosotros un deber fundamental recordar la memoria del camarada Alberto Lovera, porque la aparición de su cuerpo recuerda y acusa al régimen puntofjista, al sistema de la democracia burguesa que se impuso en Venezuela”, señaló Aquino.

Asimismo, subrayó que hoy, en “este proceso revolucionario estamos procurando trascender, transformar el estado burgués todavía imperante para poder construir la sociedad de justicia por la cual lucho y entrego su vida heroicamente el camarada Alberto Lovera.”

A continuación reproducimos un escrito especial elaborado por J. Enrique Montero y Tribuna Popular:

Alberto Lovera fue secuestrado por la policía política del régimen betancurista encabezado por Raúl Leoni, frente a la Ciudad Universitaria de la UCV, en la Plaza Las Tres Gracias, en Caracas, el 18 de octubre de 1965, y aparecido su cuerpo destrozado y encadenado en las playas de Lecherías, estado Anzoátegui, el 27 de octubre de 1965.

Este execrable crimen le fue servido en bandeja de plata al imperialismo norteamericano por sus serviles verdugos, quienes para aquel momento eran: Raúl Leoni, desgraciadamente Presidente de Venezuela; Gonzalo Barrios, Ministro de Relaciones Interiores; Luis Vera Gómez, ideólogo de la represión y la tortura, Director General del Ministerio; y el inefable y tristemente célebre criminal José Jesús Patiño González, Director de la Gestapo venezolana, entiéndase Dirección General de Policía (Digepol).

En la delación que orientó a la Digepol a detener a Lovera, intervinieron tres tránsfugas, a saber: Helímenes Chirinos, quien lo delata diciéndole a Carlos Vegas, Jefe de Capturas, que como responsable militar y de finanzas Lovera tenía en su poder 500 mil bolívares, que los criminales querían a toda costa; el desertor Raúl Peña Palencia, convertido en esbirro y quien participó también en las torturas; y Aníbal González, traidor y delator de la “concha” de Lovera, a quien la Digepol le regaló una suma de dinero para una casa en Propatria.

En relación a su vida, Lovera ingresa al PARTIDO COMUNISTA a muy temprana edad.

En 1947 representó al Partido en un Congreso de Juventudes realizado en Varsovia.

En 1952 es electo Diputado al Congreso Nacional, lo cual rechaza en desacuerdo por el fraude electoral que dio como ganador al Cnel. Marcos Pérez Jiménez a la Presidencia de la República.

Cuando se constituye la Junta Patriótica, en Junio de 1957, forma parte integrante de la misma en representación del PCV.

En 1958, a la caída de la dictadura de Pérez Jiménez, dirige las acciones en los barrios populares de la capital.

Siempre, hasta el mismo momento de enfrentar dignamente la muerte cara a cara, siete años después, asumió con compromiso y coraje todas las tareas que le asignó el Partido, sabiendo que luchaba por una causa mayor, por la liberación y el socialismo.

La estabilidad de la dictadura de la “Ancha Base” (AD, URD, FND) descansaba en semejantes actos de barbarie criminal que, a modo de plataforma, servían de sostén a una especie de espiral sangrienta del crimen cimentada por la dominación imperialista y amparada por una ley en alto grado prostituida.

Alberto, cual insigne combatiente por la libertad y la justicia, consecuente luchador al lado de la clase obrera y fiel a sus ideas y principios comunistas, por su profunda convicción revolucionaria se inclinó por la alternativa de los héroes, y murió como tal, puesto que supo darle un sentido heroico a su vida, que sirve de ejemplarizante conducción a todos los comunistas, y siempre estará presente como referencia de todo luchador revolucionario y como “símbolo del revolucionario auténtico que respalda con la muerte el acto de vivir en rebeldía”, y los comunistas sabremos edificar una sociedad sobre las bases de su ejemplo.

Detenido sin resistencia armada, torturado hasta el martirio, tuvo el coraje de no hablar, y frente a tanto valor aquellas bestias convertidas en jauría infernal daban rienda suelta al más exacerbado sadismo, infringiéndole las más crueles torturas, que institucionalizadas constituían la estructura de un sistema de gobierno represivo y entreguista al servicio de la clase dominante burguesa apátrida, de la fuerza imperialista.

La Digepol buscaba a Lovera vivo o muerto. Dos días después de su detención, el 20 de octubre, su esposa denunció ante el Fiscal General su desaparición y el 29 de noviembre el Dr. José Vicente Rangel, denuncia en la Cámara de Diputados la desaparición y presunta muerte de Lovera.

Cuatro meses más tarde, luego de muchas interpelaciones, el 22 de marzo de 1966, se logra constituir el Tribunal en el cementerio y se procede a la exhumación del cadáver y al reconocimiento del mismo por parte de su viuda, María del Mar Álvarez de Lovera.

Patiño González nunca reconoció que Lovera fue detenido por ellos y en declaraciones que dio a la prensa, con extremo cinismo afirmó: “si Alberto Lovera está muerto, nada de extraño tiene que lo hayan matado quienes aplican el extremismo comunista sustentado por él. Su muerte se explicaría entonces como producto de lo que fue su vida: la acción comunista-terrorista, a la que se integró a espaldas de la ley, del orden y del respeto a la condición humana de los demás, y la denuncia de su desaparición era un recurso para procurarle libertad de movimiento en la continuidad de sus actividades clandestinas y bien conocidas”.

Este criminal, Patiño González, quien nunca tuvo respeto por los derechos humanos, nunca fue investigado.

De la memoria histórica de las y los venezolanos, no pueden ni deben borrarse los crímenes del bipartidismo adecopeyano.

A los cuarenta y cinco años de su asesinato, el Partido Comunista de Venezuela rinde un excelso homenaje a la memoria del camarada ALBERTO LOVERA y exige JUSTICIA y CASTIGO a los culpables que aún sobreviven.

¡Honor y gloria a nuestros mártires!


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