Los ataques contra la universidad colombiana, los estudiantes y la Federación de Estudiantes Universitarios de Colombia no cesan por parte del régimen paramilitar de Álvaro Uribe Vélez, quien se ha encargado a través de su política de seguridad democrática de criminalizar el pensamiento diferente, la propuesta social y la construcción de una Colombia justa desde la paz democrática y no desde la sucia guerra que se impone actualmente.
A lo largo de esta semana han sido detenidos y puestos en manos de las autoridades del departamento del Quindío los compañeros Sandra Restrepo, recién egresada de comunicación social; y el compañero Luis Miguel Mendoza, actual representante ante el Consejo Académico de la Universidad del Quindío y miembro del Comité Ejecutivo Nacional de nuestra organización; ambos han sido reconocidos líderes estudiantiles, comprometidos con la defensa de la educación pública y de calidad de cara a la realidad del país y férreos opositores de la salida guerrerista impuesta por el régimen actual.
Es tan burdo el montaje armado por el Estado en contra de nuestros dos compañeros y nuestra organización que, aunque el proceso continúa, Luis Miguel se encuentra hoy en libertad, manteniendo firme sus convicciones por la necesidad de construir en Colombia una verdadera universidad pública que ayude a la dignificación de nuestro país.
Estos embates de represión propios de la dictadura que soslaya hoy a nuestro país, no son un elemento nuevo en su accionar sino que responden a una dinámica de persecución política contra nuestra organización que han aplicado y desarrollado desde nuestro nacimiento, evidenciada en un sinnúmero de amenazas de parte de agentes estatales y paraestatales, estigmatizaciones, señalamientos, desplazamientos forzados y hasta la pérdida humana de algunos compañeros.
Prueba de ello han sido las calumnias impulsadas por la ex directora del DAS, hoy investigada por persecución ilegal contra organizaciones sociales, quien nos acusó de tener vínculos con la insurgencia; las amenazas de grupos paramilitares autodenominados Águilas Negras en Bogotá, Huila, Tolima, Quindío y Atlántico; así como la apertura de procesos disciplinarios contra nuestros dirigentes en varias universidades, lo cual ha generado una grave crisis humanitaria no solamente contra nosotros sino contra toda la comunidad de las más de 40 universidades en las que hacemos presencia.
Esta grave crisis humanitaria por la que atraviesa la universidad colombiana es el complemento a la andanada de ataques encaminados a acabar con la posibilidad de educación de calidad para los jóvenes del país.
La persecución y el amedrentamiento se dan justo en el momento en el cual avanzan la ejecución e imposición de la reforma académica en la Universidad Nacional, que en muchas carreras ha reducido el pénsum a la implementación de técnicas, sacrificando en otras el componente humanista y en perspectiva crítica. Universidades como la Pedagógica se enfrentan hoy no sólo a la descarada corrupción que la ha desfalcado, sino también a la desaparición de su sede principal.
Igual crisis se cierne sobre universidades como la Tecnológica de Tunja o la de Pereira, en la cual fueron expulsados cuatro estudiantes por participar activamente en las manifestaciones contra las directivas de la universidad. Y por si fuera poco se siguen encontrado rectores impuestos por los paramilitares como sucedió en las universidades del Magdalena, Córdoba y el Atlántico, ahora en la Universidad Industrial de Santander donde grabaciones demostraron cómo el actual rector Camacho Pico entregaba nombres de líderes estudiantiles para la ejecución de un plan pistola en la región.
Exhortamos a los universitarios de todo el país, a los defensores de derechos humanos, a la comunidad nacional e internacional reiteramos nuestro llamado para solidarizarse con la universidad colombiana e invitamos a toda la comunidad democrática a manifestarse a favor de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU), de los estudiantes colombianos y de todos aquellos que día a día sufrimos los ataques nefastos del fascismo colombiano, a través de campañas, jornadas de movilización, denuncia y respeto por la vida y la dignidad humana.
Le ratificamos al Gobierno Nacional que a pesar de sus ataques no lograrán callar la voz de los estudiantes, no cerrarán las universidades a la crítica ni a la propuesta, y no impedirán que los jóvenes colombianos sigamos trabajando en pro de un país más incluyente, de una patria digna que verdaderamente represente los intereses del pueblo colombiano.
Como organización sepan que siempre estaremos al frente de nuestros ideales, que el miedo no es un estilo de vida para los constructores de un mundo nuevo y que no abandonaremos nunca esta batalla que sólo culminará con nuestra victoria.
Porque pensar diferente no es terrorismo.
Federación de Estudiantes Universitarios
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