En RASH tenemos algunos ideales en común: somos de clase obrera, no estamos del lado de las o los patrones, creemos en la unidad de izquierda, estamos orgullosas y orgullos de nuestra clase y tenemos conciencia de esta, nos gusta la música, bailar y pasar una buena noche afuera. Muchas y muchos skins dicen que debemos mantener nuestras posturas políticas fuera de la escena. Esto no puede ser posible ya que, antes de ser skins, somos proletarias y proletarios cansados de que nos aplasten. Queremos un mundo mejor; la política afecta nuestras vidas y no podemos dejar que nos sigan jodiendo sin darles pelea. Un problema importante dentro de la escena skinhead apolítica es el patriotismo burgués.A todas y todos esos skins que dicen que la nación es lo más importante, nosotros respondemos "¡¡¡LUCHA POR TU CLASE, NO POR TU PAÍS!!!" Defender ciegamente el Estado en el que vives ignorar las iderencias entre la clase obrera y la clase patronal.
Esto probablemente se deba a la misma razón por la que cualquier persona común y corriente se enfada de tan sólo escuchar el término política: existe un concepto bastante erróneo de lo que es la política y como debe de hacerse esta. Debido al régimen de organización social en el que vivimos, son las contiendas entre partidos e individuos, en busca del poder que representa el Estado (la política partidista, pues) lo que todos terminamos erróneamente identificando como política. Pero no, llegar a la verdadera esencia de la política requiere ir mucho más allá que esta simple manifestación, y descubrir que tiene que ver con todo grupo de individuos organizándose para obtener un fin común. Obreros que se ponen en huelga para lograr alguna conquista laborar o vecinos de una localidad que se coordinan para organizar un evento, representan la política como cualquier otro gran movimiento social.
La política ha perdido sentido al parecer alejada de la realidad cotidiana de los individuos. Redescubrir la función que cumple en las cosas que hacemos día a día, y comprender que la política que hacen los políticos nos es la única que existe, amplía el concepto a lo que nosotr@s consideramos verdadera política. Por otro lado, también está la cuestión de creer que las tácticas utilizadas por los partidos en su lucha por el poder es la única forma en que se hace política. Una de las más importantes lecciones que nos enseña el zapatismo es, precisamente, el romper con esas viejas formas de hacer política y buscar nuevos caminos, basados en la discusión para llegar al establecimiento de consensos (el acuerdo común), y no en la dominación de una mayoría sobre las minorías. La nueva forma de hacer política es una de verdadera democracia, donde todos los individuos participan activa y directamente en el proceso democrático, como iguales. Una forma de honestidad, que busca alejarse de las tretas, fraudes, marketing político y pactos en los oscurito que se identifican con la política partidista de Estado.
De igual forma, probablemente pertenezcan a sindicatos. Esto también es política. Ahora, también es importante cuestionarse sobre la congruencia entre considerarse skinhead, aceptar vivir tu vida de acuerdo a los ideales que esto representa, pero negarse a aceptar lo que significa heredar el legado de la lucha de las clases trabajadoras a o largo de toda la historia. Y es precisamente aquí donde los skinheads rojos y anarquistas comenzamos a divergir con nuestros hermanos tradicionalistas.
Debemos de establecer, primeramente, que el movimiento skinhead es uno de identidad de clase. Surge de los jóvenes de clase trabajadora del Reino Unido, y tanto en la estética contracultural, como en la ideología y actividades diarias, se basaba en el orgullo de pertenecer a esa clase. Se trataba de dar batalla a un sistema que te mantenía oprimido, tanto por ser joven, como por ser trabajador. Esta rebeldía se expresaba en los círculos sociales que los skins originales se desenvolvían: el fútbol, el bar, el trabajo y la calle. Más de treinta años después, y el movimiento skinhead sigue siendo uno de orgullo de clase trabajadora. Ser skinhead significa ser quien eres, tu identidad. Un movimiento de identidad de clase, pues. Ser skinhead, estar orgulloso de ser trabajador, comprender que los patrones son tus enemigos y que este régimen laboral es el que te mantiene oprimido es tener, según lo llama Karl Marx, conciencia de clase.
Marx de igual forma, habla de que las dos clases existentes, la trabajadora y la empleadora se encuentran en una pugna interminable: la empleadora explotando a la trabajadora para obtener mayores ganancias, y la trabajadora por no ser explotada y poder vivir mejor. La famosa lucha de clases, por utilizar el término marxista. Por lo anterior, ser skinhead significa estar consciente de esta lucha y estar dispuesto a defender a tu clase en la lucha contra la explotación. Todo esto remite necesariamente a la política, y a la política de izquierda. La izquierda, desde siempre identificada con la lucha social en favor de la democracia y la justicia, representa el deseo de la clase explotada por dejar de serlo. La derecha, al contrario, significa la permanencia de los grupos de poder como explotadores de las masas, algunas veces a través de la fuerza militar, otras a través de la utilización del poder de manipulación que tienen los medios, la mercadotenía política y la manipulación ideológica. Considerando, entonces, que ser skinhead significa defender tu clase, a través de la política de izquierda, la siguiente consecuencia es la organización internacional.
La clase explotadora se organiza mundialmente en instituciones como el Fondo Monetario Internacional, la Banca Mundial, la Organización Mundial del Comercio, etc. Es lógico entonces que la clase trabajadora se organice internacionalmente también. Nosotros, como skinheads, nos agrupamos, entonces, en la red de los Rojos y Anarquistas Skinheads, RASH United. Pero, antes de concluir este texto sobre la política y el skinhead, creemos necesario hablar de un caso específico: los boneheads. Este grupo, que dice ser skinhead y, a su manera, politizado, no solamente cae en la contradicción de decirse racistas al tiempo que claman formar parte de una contracultura que surge de un contexto multirracial. Más allá de eso, los nazis rapados que se dicen skinheads, se contradicen a sí mismos al querer formar parte de un movimiento de clase trabajadora y al mismo tiempo creer en el Estado fascista como la mejor forma de organización social. El fascismo no es más que un Estado burgués mantenido por la fuerza. Las masas son enajenadas con discursos "patriotistas y nacionalistas" que les impiden ver que sus verdaderos explotadores son los capitalistas de su propia nación que se mantienen en sus posiciones de poder por la fuerza.
Hablar de la Alemania nazi, la Italia fascista, la España franquista, y hasta de Chile pinochetista es hablar de estados burgueses donde las clases trabajadores siguen igualmente explotadas que en cualquier otro Estado capitalista neoliberal. La derecha, y aún más, la ultraderecha representan un verdadero enemigo para la clase trabajadora. No hay necesidad de ir más lejos que analizar al partido derechista existente en México, Acción Nacional. Este, además, del factor religioso-conservador, tiene una importante vertiente empresarial y patronal.
Los patrones y líderes religiosos, obviamente, apoyan a los partidos de derecha, ya que son los representantes de sus intereses.
Los skinheads, como miembros de la clase trabajadora, debemos aprender de las lecciones de nuestros hermanos y hermanas que han luchado a lo largo de la historia, en defensa de nuestro bienestar, tomando un papel activo y participando directamente en la determinación de nuestro presente y futuro.
Comprender que nuestro movimiento, necesariamente, representa una actitud política, asumir nuestra responsabilidad, y llevarla a consecuencia en todos los ámbitos de nuestra vida diaria.
Tomado de rashantofagasta.tk